Trío cromático
Ayer comenzó la posibilidad de viajar entre comunidades, pero como todavía no tengo vacaciones, me tengo que conformar con viajar desde el sofá hasta que pueda hacerlo de verdad. Hoy viajamos al interior de la Catedral de la Burgos. En concreto, vamos a ver la Puerta del Claustro alto.
Esta portada interior comunica el claustro con el brazo meridional del crucero, pero habitualmente está cerrada. Se atribuye al maestro Juan Pérez, relacionado con la escuela franco-champanesa y está fechada a finales del siglo XIII.
En esta puerta encontramos representada la escena del Bautismo de Cristo en el tímpano; la genealogía de Cristo, el árbol de Jesé y catorce figuras de profetas en las dos arquivoltas y vegetales apoyados sombre ménsulas con dos cabezas, que la tradición local identifica a una de ellas con San Francisco de Asís, en la chambrana exterior.
También encontramos esculturas relacionadas con la venida de Jesús en las jambas; a la izquierda está el grupo de la Anunciación con un ángel sonriente, escultura relacinada con las de la fachada oriental de Reims; en la derecha los profetas Isaías y David, que anuncian la llegada de Jesús.
Tanto en las jambas como en el dintel se repite la decoración heráldica con castillos y leones, con reiteración propia del estilo mudéjar, consecuencia de la asociación medieval de Cristo con la monarquía.
Las hojas de madera de la puerta, obra de Gil de Siloé, datan de fines del siglo XV y fueron auspiciadas por el obispo Luis Acuña, cuyo escudo figura en ellas; son de tracería gótica con escenas de la Entrada de Jesús en Jerusalén y su Descenso al Limbo.
Gracias por leer este post y espero que os haya gustado.
Un beso,
Patricia
Comentarios
Publicar un comentario
Muchas gracias por escribir comentarios, me encanta ver cada día las estadísticas y saber cuántos visitáis este blog, que cada día sois más, así que imaginad lo que ocurre cada vez que veo un comentario.
Si no veis vuestro comentario publicado inmediatamente es porque los filtro para evitar que aparezcan vuestros correos electrónicos y, por supuesto, los comentarios malintencionados; pero intentaré hacerlo lo más rápido que me sea posible.
Un beso,
Patricia