Paciencia


   Hoy volvemos a la Catedral de los Santos Justo y Pastor de Alcalá de Henares pero, esta vez, a su interior. El interior estás divido en tres naves, cubiertas por bóvedas de crucería apoyadas sobre pilares fasciculados. La forma general del edificio se asemeja a la tradicional planta de cruz latina con marcado transepto. Durante la Guerra Civil Española se perdieron innumerables obras de arte y objetos de gran valor histórico, devocional y sentimental.
   En la nave central, alzada sobre las naves laterales, sorprende la falta del retablo mayor, que fue una obra gótica con tablas pintadas alusivas a la Pasión de Cristo. En el presbiterio, se conserva una mesa regalada por el papa Sixto V a Felipe II. Es espacio está presidido por la imagen de la Virgen de Cisneros, y cerrado por una excelente reja, una de las que sobrevivieron al incendio de 1936. El ábside posee recios contrafuertes al exterior y una girola en la que se alternan tramos triangulares y rectangulares apoyados en pilastras góticas con cardinas.
   Prácticamente no se conserva nada del templo antiguo en esta nave. El espacio se ha destinado a Centro de interpretación de la catedral.
   En la nave de la Epístola encontramos la capilla de la Virgen del Val que alberga la imagen de la patrona de Alcalá. La del Ecce Homo presenta una singular estructura en la techumbre que constrata con la sencilla entrada en arco de medio punto. En la capilla que lleva su nombre se venera el cuerpo incorrupto de san Diego de Alcalá, que se expone a los fieles cada 13 de noviembre, día de su festividad. En esta nave se sitúan las capillas más importantes y la parroquia de San Pedro que fue construida en 1622 y presenta una portada de granito en estilo herreriano y un interior barroco, con cúpula de media naranja.
   De las once capillas que poseía la catedral originariamente, solo se conservan cinco, y los lados correspondientes a las otras seis están pintados en la pared siguiendo el espacio faltante.
   Tras la elevación del templo a catedral, el interior fue restaurado y renovado. Se efectuaron excavaciones que pusieron de manifiesto enterramientos de los siglos XVI, XVII y XVIII.
   ¿Has estado, alguna vez, en Alcalá de Henares? Si no es así, te lo recomiendo.
   Un beso,
   Patricia 









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