CH

   Cada vez que en veo en televisión alguno de los anuncios de la fragancia CH de Carolina Herrera me muero de envidia porque me encanta el estilo de vida que llevan; el vestido rojo, el coche forrado de piel roja con las CH por todos los sitios, el globo que en lugar de bolsas de arena lleva bolsos y la jirafa que asoma por la ventana.
   Quizás sea una forma de vida frívola pero es la que, y más tal y como estamos ahora, nos gustaría poder vivir a todos. Y yo lo reconozco, me muero de envidia de ver la tranquilidad con la que vive esta familia CH.
   Como sabéis utilizo desde hace millones de años el mismo perfume, 212 de Carolina Herrera y no me suelo comprar muchos perfumes porque hasta no hace mucho me los regalaban y todavía siguen haciéndolo. Este en concreto se lo regalaron a mi madre pero como casi todo lo que nos regalan nos lo intercambiamos o bien lo utilizamos cualquiera de las dos indistintamente.
   En el momento en que nos regalaron este perfumes estábamos de reformas en casa y vivíamos en otra casa, en la que hay justo al lado de la nuestra, se me olvidó coger un perfume y no podíamos entrar en casa porque no había escaleras ni suelo, así que comencé a utilizarlo con la intención de devolvérselo a mi madre en el momento en que volviésemos a casa.
   Pero me gustó tanto que... me lo quedé y no se lo devolví. Tiene un aroma amaderado que me gusta tantísimo para el invierno y que además me recuerda la vuelta a nuestra casa recién reformada, que le he cogido muchísimo cariño, tanto que quizás lo alterne con mi otra Carolina Herrera, 212.
   Un beso,


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